Hace más de 200 años, un metro no medía lo que mide ahora. En 1790 Francia se propuso estandarizar el sistema métrico decimal para convertirlo en universal. Para ello necesitaba realizar mediciones sobre la línea imaginaria del Meridiano 0º. Y para conseguirlo debían lanzar triangulaciones desde Dunkerque hacia el sur, es decir, que no fuese una medida únicamente francesa. Y siguieron hasta España, en concreto Catalunya, la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares.
Este gran proyecto contó con tres expediciones. Una primera (1792-1798) terminó en Barcelona; la segunda (1803-1804) trajo a F.A. Méchain al Montgó. El 23 de abril subió a la cima y midió la altura de la montaña, fijándola en 758,94 metros. Pero este científico murió en 1804. Así que la tercera y definitiva expedición tuvo lugar entre 1806 y 1808. Los trabajos de triangulación de Méchain inacabados fueron recuperados por los científicos franceses Jean-Baptiste Biot y François Aragó.
La montaña que se ve desde Eivissa
Biot y Aragó viajaron primero a Eivissa. Querían descubrir cuál era la montaña de la península que se veía mejor desde allí. Creían que era era la de Cullera. Y, claro, una vez allí descubrieron que no podía ser otra que el Montgó. Así que en 1806 emprendieron la marcha hasta la costa de la Marina Alta e iniciaron la subida a nuestra montaña.
Una vez en lo alto del Montgó advirtieron de la crudeza del viento. No era quizás el mejor emplazamiento para una cabaña en la que iban a pasar meses. Entonces decidieron trasladarse desde el cap Gros (donde está el punto más alto del Montgó) hacia el norte, hacia la Creueta de Dénia. A medio camino encontraron una buena ubicación para la cabaña (a 42 metros menos de altitud que la cima y aún en término de Xàbia) y, lo más importante, adecuada para realizar las triangulaciones.
Estas triangulaciones se realizaron mediante espejos y reverberos durante las noches más frías -y claras- del año (enero y febrero). El destello de esas luces reflejaba hasta la montaña del Carmel en Eivissa y el Desert de les Palmes en Benicàssim (Castelló). Estas luces servía a los científicos para anotar las mediciones.
La cabaña: Ca Biot
La cabaña fue construida siguiendo el sistema de piedra seca tan típico de Xàbia. Los muros tenía un metro de ancho y la altura estaba entre los 1,50 y 1,80 metros. Mucho más segura que el primer refugio de madera que se construyeron los científicos y que se llevó una tempestad.
Cómo llegar
En la actualidad se conservan parte de los muros de la cabaña. El refugio es perfectamente reconocible. ¿A que puede ser una buena excursión? Para llegar hasta él tienes varios opciones. La primera es ascender la montaña por la parte de Xàbia, siguiendo la ruta que arranca desde el Puerto o desde el Campo de Tiro si quieres recortarla. Pero también puedes optar por subir por la ascensión de la Creueta de Dénia o, en tercer lugar, desde Jesús Pobre. Puedes seguir estas coordenadas para llegar hasta ella.
Ca Biot, como así se la conoce popularmente, es el testimonio de un tiempo de cambios y de grandes avances en la ciencia. Es la huella de la importancia del Montgó gracias a su ubicación estratégica. Y es también el recuerdo de una gran aventura de científicos que, en el caso de Aragó, aparecen citados incluso en obras de Julio Verne. ¡Acaso no era ciencia ficción lo que pretendían!